sábado, 24 de abril de 2010

Crítica: El Cisne Negro

El Cisne Negro nos narra la transformación física y psicológica que Nina (Natalie Portman) debe hacer para obtener y mantener el papel de su vida como bailarina de ballet en El Lago de los Cisnes.
Esto es, en resumidas cuentas, lo que vemos a lo largo de toda la película. Pero si quisiéramos detallar, si quisiésemos por un instante retratar la verdadera naturaleza del film, la filosofía que intenta trasmitir, nos veríamos en un aprieto.
Por qué esta película tiene eso, y mucho más. Una película pensada, cuidada y por sobre todas las cosas, en busca de la perfección, al igual que su protagonista.


Eso es lo que veremos, la búsqueda de la perfección de una manera surrealsita, confusa, donde lo real y no real se entremezclan en tomas sombrías, algunas escalofriantes y otras exorbitantes y hasta excitantes.
Ahí es donde radica la magia de la película: ¿Qué es real? ¿Qué paso en realidad? ¿Realmente Nina mato a su compañera? ¿Realmente Nina tuvo relaciones lésbicas? ¿Realmente Nina tiene erupciones en la piel?
Acá entramos en otro terreno: ¿Por qué Nina hace lo que hace? Todos sabemos lo exigente que puede ser el ballet. Veremos a Vincent Cassel como un Thomas Leroy correcto en su papel, que será el verdadero motor de todo lo que veremos (“La perfección no es control, es saber perderlo”) a una actriz revelación en el papel de Lily, la competencia y a la vez  no-competencia de Nina. ¿Por qué digo esto? Por la relación que se va forjando entre Nina y Lily, una relación donde los límites “parecen” desaparecer y dónde Lily será un factor fundamental para que Nina sepa lo que debe ser.
Pero no sólo esto (que hasta aquí ya parece mucho) es lo que veremos, sino también una relación casi edípica entre la madre (Bárbara Hershey) y Nina, también necesario ya que Nina (en esta susodicha transformación) tiene por obligación la de revelarse a alguien (¿Sino como sabemos que estamos cambiando? Alguien debe notarlo).
Ahora bien, tenemos a Nina que, por medio de Thomas Leroy, debe saber interpretar la maldad del Cisne Negro y la bondad del Cisne Blanco.
Veremos qué la bondad se entremezcla con la perfección y todo, absolutamente todo, gira en torno a este último término: La perfección.
¿Y entonces? Entonces amaras esta película, te hará pensar, te hará dudar y te hará temer.  Las actuaciones están a la altura del películon, el tinte sombrío de la película y a veces frenético es perfecto y el final, redondo, casi abrupto, pero donde todo queda perfectamente claro. Esto tal vez podría ser un punto en contra (cómo olvidar el fantástico final de Inception), el deseo de intriga al final de una película en sencillamente delicioso.
Pero el final es correcto, las actuaciones perfectas, los efectos visuales por momentos decaen, al igual que la fotografía. Pero eso que importa, cuando la trama es tan fuerte y poderosa y las actuaciones son tan sublimes que todo lo demás deja de tener importancia.

Lo mejor:

  • Natalie Portman, magistral.
  • El trasfondo psicológico.
  • El juego de lo real y no-real.
  • Las secuencias antes del final.
Lo peor:

  • Un final redondo, para esta clase de películas se agradece un final que deje a libre interpretación del espectador.
  • Algunos efectos especiales (cómo la mirada en tinte rojo de Nina)





Nota Final:(Muy Buena)


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Por Amiel Gorosito

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